Si nunca te hubiera conocido...-parte 12

El domingo había pasado rápidamente, al igual que el lunes, y el martes, dando paso al miércoles, en esos días Phineas había estado pasando los recesos con ella, claro que recibía uno que otro golpe de la chica, pero esta comenzaba a acostumbrarse, algo que sin duda no le gustaba.


No le gustaba el hecho de sentirse bien con la presencia del pelirrojo, después de todo, ella era una chica solitaria que no era capaz de confiar en nadie, y ese chico estaba rompiendo todos sus esquemas, lo cual le traía grandes dolores de cabeza.


La pelinegra se encontraba en su clase de francés, no le estaba prestando atención a la profesora, y es que no era porque no lo quisiera, simplemente no lo necesitaba, además de que su cabeza no necesitaba esas aburridas lecciones en ese momento, el timbre que indicaba la hora de almuerzo la saco de su ensoñación.


Se levantó con rapidez, mientras que guardaba sus cosas y empezaba a salir en dirección a la cafetería, no sabía porque pero tenía un mal presentimiento acerca de eso, se disponía a sentarse en la mesa del fondo, donde siempre, pero esta estaba siendo ocupada por dos chicas, a las cuales conocía por su fama de “fáciles” por no decirlo de otra forma, eran Katie  y Milly, no las conocía a fondo y no quería hacerlo, así que se alejó y se sentó en otra mesa que encontró disponible, lamentablemente esta estaba a la vista de muchas personas, pues estaba justo en medio de todos, eso le molestaba pero pasaría desapercibida si simplemente empezaba a leer como siempre hacia.


Saco su libro y empezó a leerlo, hasta que algo interrumpió su tranquilidad, y ese algo, era un pelirrojo de cabeza triangular.


-Isabella, y eso, ¿Por qué estás aquí y no en tu mesa de siempre?- le pregunto de forma alegre.


-Sabes, estaba muy bien hasta que llegaste, me cambie simplemente porque la otra mesa estaba ocupada- le respondió de forma cortante.

-Oh vamos, llevamos siendo conocidos por unos cuantos días, creo que debes dejar de ser así de cortante.

-No puedo hacer eso, sino te gusta mi actitud, te puedes retirar- le contesto mientras que lo veía fijamente.


El chico a su lado simplemente suspiro con resignación y se empezó a comer su almuerzo, después de unos segundos de silencio, hablo- sabes que no me iré tan fácil, ya te diste cuenta de cuan terco soy- le respondió con una sonrisa arrogante, haciendo que la chica rodara los ojos.


Siguieron comiendo, mientras que el ojiazul trataba de hacerle platica  a la chica, lo cual estaba logrando poco a poco puesto que la fastidiaba.


-Valla, valla, así que no mentías cuando dijiste que Isabella era tu amiguita, ¿eh?- Phineas escucho esa voz que hasta ahora, le resultaba detestable, volteo y se encontró con su hermano viéndolo burlonamente.

-¿Qué quieres Ferb?- le respondió fríamente.

-Oh nada, solo dime, como hiciste para que esta chica te hiciera caso ¿eh?, una buena noche en la cama, supongo- le dijo con el mismo tono que había empleado antes.


Isabella, siendo Isabella, se levantó y aunque trataba de no causar alboroto nunca, le dio una bofetada que resonó por toda la cafetería, atrapando las miradas de todos los presentes.


-Nunca vuelvas a decir algo así de mí, o te juro que la próxima vez te golpeare más fuerte- le contesto la chica mientras que lo fulminaba con la mirada.


Ferb en cambio empezó a reír antes de decir- Oh pero que fiera- rio- sabes, así eres más atractiva- le dijo para seguidamente tomar a la pelinegra del mentón y acercarla a su rostro.


Phineas frunció el ceño y apretó los puños, para seguidamente levantarse de su lugar y darle un puñetazo a su hermano, esta vez el peliverde no se dejó y empezó a golpearlo también.


Empezaron así una pelea, mientras que se daban golpes a diestra y siniestra, mientras que Isabella los veía sin expresión alguna, aunque por dentro estuviera preocupada por el pelirrojo.


Sin esperar mucho, decidió acercarse, tratando de separar al pelirrojo del peliverde.

Aunque no tuvo éxito y pronto llego uno de los maestros y detuvo a los tres adolescentes y mando a callar a todos los demás alumnos que estaban gritando en forma de coro, la palabra pelea.

-Ustedes tres, a la dirección en este momento- les grito mientras que los tres empezaban a caminar hacia la dirección, Isabella iba con el ceño fruncido después de todo, ella no había hecho nada, mientras que el peliverde iba con unos cuantos golpes en la cara al igual que el pelirrojo.

-Nunca creí que me pelearía con mi hermano- pensó- aunque si lo pienso bien, este no es mi hermano- sonrió inconscientemente.

Llegaron con el director y este al ver la condición de los chicos y ver a la chica pudo saber que había ocurrido, así que sin más, los hizo sentarse.


-No preguntare el motivo de su pelea, porque está claro de quien es la culpa- su mirada se clavó en la chica, Phineas iba a empezar a hablar pero fue callado por otra mirada del director- así que, este día tienen detención al terminar las clases, espero que se diviertan- les sonrió mientras que les hacía señas con sus manos para que salieran de la dirección.


Isabella salió y se dirigió de nueva cuenta a la cafetería, llego y sintió todas las miradas sobre ella, sin embargo las ignoro y se apresuró a la mesa del centro para tomar sus cosas, las tomo y salió nuevamente de la cafetería, ignorando olímpicamente a Phineas quien quiso hablarle.


Al ser ignorado, Phineas volteo a ver a su hermano y este solo le sonrió de forma burlona, después de todo había conseguido algo, que toda la confianza que se había ganado de la pelinegra se fuera por el caño, así que con el ceño fruncido, entro en la cafetería y tomo sus cosas, para salir con el peor humor que cualquier estudiante podría tener.


Ferb por su parte entro en la cafetería y se fue con sus amigos, mientras que estos lo felicitaban de todo lo que había hecho.

Luego de aquel incidente, las clases siguieron con normalidad, claro que la noticia de lo que había pasado en la cafetería se escuchaban por todos lados.


El timbre del término de clases, sonó, anunciando que todos los estudiantes podían regresar a casa.


Phineas sin embargo camino hacia la sala de detención, lugar donde tendría que estar por varias horas, espero a Isabella y cuando la vio nuevamente le intento hablar, y de nueva cuenta la pelinegra lo ignoro, dirigiéndose también a la sala de detención.


-Oh vamos hermanito, ¿te estropee lo que tenías con la antisocial?- oyó que le preguntaban.
El pelirrojo se giró y lo miro con coraje.

-Cállate, sino quieres que te vuelva a golpear ¿entendido?- le amenazo.

-Como si me asustaras, además no es la primera vez que te quito a la chica, no te debería de importar tanto sabes, solo la quieres para llevártela a la cama.

-¡Quieres callarte, yo no la quiero para eso, así que déjame en paz, en tu vida me vuelvas a hablar!

Lo tomo de la camisa y lo estampo contra la pared, para seguir a Isabella y tratar de hablarle para arreglar las cosas.


Phineas se sentía frustrado, después de todo, lo que más le preocupaba en ese momento es que lo más seguro, tendría que volver a empezar de cero para recuperar a Isabella, y eso no le gustaba.


El pelirrojo vio a su amiga entrar a detención, se dio cuenta de que se detuvo un momento, lo cual le extraño, sin embargo después entro también y ahora entendía la sorpresa de Isabella.


En detención había mucha gente, y esa gente era muy conocida para Phineas, al menos en su otro mundo. Adentro estaban Buford, Baljeet, Ginger, Katie, Milly, Holly, Adyson y Gretchen.


Todos los vieron, analizándolo, el pelirrojo entro y se sentó al lado de Isabella, enseguida entro Ferb, quien se sentó al lado de Isabella también, todos lo miraban con coraje, Phineas solo pudo soltar un suspiro y dejar caer la cabeza en el banco, dándose un golpe un poco fuerte, algo que no le importo.


-Es que este día puede ser peor- se dijo así mismo, antes de que la puerta fuera abierta una vez más.


La persona entro y la vio de forma burlona mientras que se sentaba  a su lado.

-Sí, hay algo peor.

Continuara