Si nuca te hubiera conocido...- parte 2

Phineas despertó luego de un largo rato, cuando despertó se encontró a si mismo acostado en su cama, se sentó y se recargo en la cabecera de esta, para luego murmurar un leve “fue un sueño”.

Se froto los ojos algo apresurado, recordando su “sueño”, se quedo sentado pensando en cómo pudo actuar de esa forma en el sueño, pensando cómo es que el desearía no haber conocido a Isabella.

Con algo de tranquilidad se levanto y se dirigió a su armario, tomo lo primero que vio que no había usado en unos cuantos días, se ducho y cuando regreso ya cambiado, se encontró con su hermano con toalla y ropa en mano, para tomar su turno en la ducha.

-Buenos días Ferb-le saludo alegre, más de lo normal.

-Buenos días Phineas-le respondió este algo alegre.

-Te espero abajo, para el desayuno.

El peliverde solo asintió para después entrar al baño.

“Valla Ferb está actuando raro” se dijo a sí mismo el pelirrojo, “hace mucho que no se comportaba tan cerrado o misterioso, en los últimos años, se había vuelto más abierto, en especial en las mañanas, siempre me molesta por no levantarme temprano, esto es inusual.”

El pelirrojo estaba verdaderamente pensativo, era anormal que su hermano estuviera actuando de una forma se podría decir cansina, casi como si todo lo que hiciera le acusara cansancio, sin ánimos de nada.

-Phineas, hijo ¿Qué pasa por que no desayunas?

-Oh, lo siento mamá, es solo que estaba algo pensativo, eso es todo-le respondió mientras que se apresuraba a comer, para que su mama no lo regañara mas.

Ferb bajo y saludo a su mamá, con un ademan, cosa que le pareció extraña al peliverde, pues comúnmente el siempre bajaba y le hacía bromas a él, de cualquier tipo.

El peliverde tomo asiento al lado de su hermano y empezó a desayunar de una forma algo cansada, como si le aburriera esa monotonía.

Phineas solo comía despacio y miraba a su hermano fijamente, no lo recordaba así, no recordaba que el hiciera todo con cansancio, el siempre hacia todo con alegría con entusiasmo.

La mesa se encontraba en un silencio bastante incomodo, Phineas rezaba por que Isabella llegara y lo sacara de ese silencio que lo estaba volviendo loco, porque Isabella en los últimos meses, iba a desayunar con ellos, ya que siempre que llegaba con ellos, Linda le ofrecía algo de desayunar y la pelinegra lo aceptaba simplemente porque no quería parecer desconsiderada, además de que la señora Flynn cocinaba muy bien.

Por eso Phineas estaba prácticamente rezando para que ella apareciera por esa puerta y alegrara ese ambiente de tristeza, y por más que espero que eso pasara, la puerta nunca se abrió, esto desconcertó al muchacho, todo estaba demasiado extraño.

-Phineas, ya hay que irnos a tomar el autobús.

El pelirrojo se sobresalto debido a la repentina mano que se poso en su hombro, este volteo a ver a su hermano, se puso de pie, y tomo su mochila para después salir hacia la parada del autobús.

¡Autobús!, es enserio, ellos siempre se iban en alguno de sus inventos, siempre, ya fueran patines súper veloces, patinetas anti gravedad, bicicletas voladoras, cualquier cosa, menos en el autobús, y siempre, siempre llevaban a Isabella con ellos, ok, esto estaba desconcertando al pelirrojo verdaderamente.

Aunque ahora que recordaba un poco de la mañana, no recordaba  haber visto su cama en forma de lancha, ni sus posters de sus bandas favoritas, ni siquiera recordaba  haber visto a su mascota Perry.

Ambos hermanos llegaron a la parada, ambos se mantuvieron en silencio, uno estaba extremadamente confundido para poder hablar mientras que el otro simplemente se limitaba  a observar lo que había su alrededor.

Una hermosa chica pelinegra, de ojos azules, vestida con jeans y playera azul celeste, se acerco a la parada, su rostro era inexpresivo, envés de tener una hermosa sonrisa simplemente tenía una línea y miraba fríamente a su alrededor.

-Isabella, me alegra que llegaras, Ferb está actuando raro, no me habla para nada-el pelirrojo se había acercado a la chica y estaba  a punto de abrazarla cuando esta esquivo su abrazo.

-¿Acaso te conozco?-le pregunto mientras que lo miraba fríamente y su tono de voz era serio.

-Claro que si Isabella, somos mejores amigos-le respondió el chico mientras que le sonreía- no bromees conmigo-le dijo después de ver que la chica no se empezaba a reír con él o no le sonreía.

-Yo no te conozco, ni siquiera se tu nombre, así que hazme el favor de alejarte de mi-Phineas miro desconcertado a su amiga, es decir ella nunca diría eso.

-Isabella, ya deja de bromear-le dijo ahora con una mirada preocupada y una voz seria.

-No estoy bromeando, no te conozco-le dijo la chica para después subir al autobús, que había llegado hace unos minutos.

Phineas se volteo a ver a Ferb, estaba realmente confundido pero más que eso, preocupado.
El peliverde solo lo miraba algo extrañado.

-¿Desde cuando le hablas a esa chica?

-Oh, vamos Ferb, tu también vas a empezar con eso-le reprocho Phineas mientras que subía el autobús después de su hermano.-dejen de jugarme la broma, no es divertida.

-No te estamos jugando ninguna broma, sabes perfectamente que ni siquiera hablamos con esa chica.

-Estas, ¿diciendo la verdad?

-Por supuesto que sí-le dijo ya algo molesto de que su hermano no le creyera para después sentarse al lado de la ventana, dejando al peliverde por el lado del pasillo.

-Pero eso no puede ser-dijo exaltado Phineas, mientras que sacaba su celular del bolsillo de su pantalón-observa, tengo fotos de ella y mías juntos, y de los tres juntos-le dijo casi gritándole, haciendo que Ferb retrocediera, pues Phineas se estaba volviendo algo paranoico.

Phineas rápidamente abrió la galería de su celular, y empezó  pasar foto tras foto, tratando de encontrar una donde saliera Isabella, pero en todas, había un hueco, estaba el sonriendo a la cámara, mientras que su mano simplemente abrazaba el vacio, pero como era que Isabella pudiera desaparecer de las fotos, incluso busco una donde salieran Buford y Baljeet pero estos tampoco salían.

¿Qué estaba pasando? Se preguntaba el ojiazul realmente preocupado, y luego recordó todo de repente, como si un balde de agua fría le hubiera caído encima.

-Así que no fue un sueño, de verdad ocurrió

CONTINUARA...